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Mostrando entradas de diciembre, 2020

Santa Maravillas de Jesús.

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  Querida madre santa Maravillas de Jesús: Mas del Jacinto (Castielfabid) se extiende sobre un cerro que asoma al encajonado cauce del río Turia. Calles taciturnas, eremíticas, yermas, desiertos, donde el peregrino se aparta para encontrarse en el silencio de Las Eras, evocadores de El Escorial, el Cerro de los Ángeles, Las Batuecas (Salamanca) y La Aldehuela (Madrid). Tu primera morada fue en el lugar donde actualmente se ubica el Congreso de los Diputados, el 4 de noviembre de 1891, siendo bautizada en la Parroquia de San Sebastián, ubicada en la calle Atocha de la Villa y Corte. Dejando tras de sí la casa sosegada saliste y hallaste al Amado en el Carmelo de El Escorial. Allí el 12 de octubre de 1919 la esposa se unió en desposorio al Esposo. De su mano fuiste conducida al centro geográfico de España, el Cerro de los Ángeles, fundando a los pies del monumento al Sagrado Corazón de Jesús en 1924 tu primer carmelo, al que seguirían en Kottayam (India), Las Batuecas,…, pues “no qui

San Juan Diego Cuauhtlatoatzin.

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  Querido san Juan Diego Cuauhtlatoatzin: Mañana de diciembre, con la mascarilla cubriendo el rostro, asciendo hacia lo alto del cerro y desde allí contemplo Campo de Abajo. La niebla pinta de ceniza el paisaje, se acerca un joven labriego al que llaman Francisco Pinazo Peñalver. El joven que conoce a los franciscanos de Chelva me cuenta tu vida. En 1474 en Cuauhtitián, integrada en el reino Texcoco, naciste el niño chichimeca al que tus padres llamaron Cuauhtiatoatzin, “Aguíla que habla”, “El que habla con un águila”. Con la llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlan en 1519 y la conquista de México, atraídos por las enseñanzas de los franciscanos recibiste el bautismo en ciudad de los aztecas en 1524, contrayendo matrimonio con quien en 1529 fallecía. Fueron tiempos de misa y estudio del catecismo. El dolor por la pérdida de quien era “hueso de tus huesos y carne de tu carne” fue confortado dos años por nuestra madre María. Mientras te dirigías a Tlateloco, a los pies del cerro de T

Beata María Ángeles Astorch.

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Querida María Ángeles Astorch: Navalón, en el término de Enguera, con su Iglesia Parroquial Nuestra Señora de Belén es un pueblo blanco y luminoso, espacioso, silencioso, apartado y solitario. En sus montes las Hermanitas del Cordero hallaron el desierto donde el pequeño Monasterio de la Transfiguración. Una niña sale de una de las casas, lleva en sus manos un libro, entra en el pequeño jardín abrigado por los muros de la iglesia, se sienta en un banco y comienza a leer. En sus páginas otra niña, huérfana de madre y padre, camina por sus pensamientos, en sus manos lleva un libro, uno de los que ha legó su progenitor, librero, antes de morir. Busca, en la Barcelona de 1599, un lugar donde sentarse y leer. Los almendros le ofrecen su verde fruto, el libro queda postrado en el banco de piedra, las toma y come. Cuenta con siete otoños, las toxinas provocan una muerte aparente. Su hermana religiosa y la madre Serafina, iniciadora de las capuchinas en Barcelona, rezan ante el catafalco,

Beato Joan Roig Diggle.

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 Querido Joan Roig Diggle: Las horas del reloj de cuerda de la iglesia parroquial de san Cayetano suenan y recorren el pueblo de Famorca y “la Vall de Seta”, encajonado entre las sierras de Almudaina, la Serrella y Alfaro, al norte de la provincia de Alicante. Las coloridas casas decoradas con plantas ornamentales, las terrazas cultivadas con almendros y olivos, el transcurrir del tiempo, contemplación del despojar otoñal. Cinco disparos, “1,2,3,4, 5,…6”… “Que Dios os perdone como yo os perdono”… “Tranquila, voy a casa de N. Si tengo que ir. God is with me (Dios está conmigo). 12-09-1936, 19 años. Ayer, en la oración de un sacerdote un domingo por la tarde comencé a leer tu biografía. Una vida de quien diste la vida por ser católico. En el número 310 de la calle de Mallorca sita en Barcelona el 12 de mayo de 1917 el matrimonio formado por Ramón Roig y Maud Diggle Puckering da a luz un hijo al que bautizan en la parroquia de la Purísima Concepción. Tus padres te educan en los cole

San Diego de Alcalá.

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Querido san Diego de Alcalá: Esta mañana regresando de Valencia a los pueblos de Montaverner, Alfarrasí, Benissuera, Sempere, Guadasséquies y Bellús, he desviado el trayecto, ladeando Montortal, el coche ha seguido el camino por el término de Alzira y la cercanía de Tous, rodeado de huertas de caquis y naranjos, plantadas antaño de olivos y algarrobos, con sus chalets y masías rurales, y deteniéndome en la iglesia parroquia de san Miguel de La Garrofera. Y allí, en el silencio y la pureza del aire, el aroma azahar y el azul del cielo he pensado en tu corazón ermitaño y misionero, contemplativo y caritativo. Allá principios del siglo XIV en San Nicolás del Puerto, provincia de Sevilla, en plena Sierra Morena, el joven Diego soñabas con ser ermitaño y los sueños realidades son, retirándote a la capilla de san Nicolás de Bari, bajo la guía de un venerable sacerdote. Es en este tiempo cuando Francisco de Asís salió a tu encuentro, merced un libro. Entusiasmado por quien fue primero erm

Santa Ángela de la Cruz.

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Querida sor Ángela de la Cruz: Cuando pase la gran pandemia, te confieso, dedicaré un día del mes para visitar los pueblos pequeños, cuya luz ilumina la pantalla. Y en particular durante octubre y noviembre las aldeas de término municipal de Requena, recreando la mirada con las tonalidades de los colores marrón, amarillo, naranja y rojo de Los Ruices, con sus cálidas casas restauradas, su iglesia y los caseríos abandonados. Islas en este mar de viñas, que esconde los cromatismos hasta la llegada del otoño. A fin y al cabo ¿qué hace Dios con nuestras vidas sido servirse de las estaciones para que se muestren los colores escondidos en el corazón? Pienso en la tuya, la que floreció el 30 de enero de 1846 en Sevilla, en el hogar de José Guerrero, natural de Grazalema, en la serranía de Ronda, y Josefa González, hija de padres naturales de Arahal y Zafra, y en tu parroquia, Santa Lucía: A los 8 años la primera comunión, a los 9 la confirmación, la escuela y a las 12 a trabajar como apre

Santa Teresa Eustoquio Verzeri.

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  Querida Teresa Eustoquio Verzeri: En el vértice superior del triángulo formado por Corcolilla, La Cuevarruz y la Almeza se halla esta última, aldea de Alpuente. Construcciones donde afloran los rojizos colores de la piedra, salpicadas por las blancas casas, con tejados de teja moruna. Abandono el lugar camino por el sendero de Las Trabinas Cañada de los Pastores, dejando mis pensamientos en poder de quien se abandonó en el Espíritu Santo, guiada por los sacerdotes. Fueron ellos tus consejeros en Bérgamo, la Lombardía (Italia) donde naciste el 21 de julio de 1801, pues el canónigo de la catedral de tu ciudad, José Bengalio, te obligó verbalmente entrar y salir del convento de las benedictinas de Santa Grata. En la última como Samuel la voz de Dios te envió al servicio de las niñas en una pequeña casa a la que llamaste Gromo. Allí ante este sacerdote con tu hermana y dos jóvenes emitisteis los votos simples para así plantadas en la tierra de Dios educar a la juventud, enraízas en u

Beato Carlo Acutis.

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  El Derramador, 12 de octubre de 2020. Querido Carlo Acutis: Con mi auto virtual recorro la carretera de La Vega, del Pontón a Utiel (V-810) y entre Azagador y Roma se ubica la aldea requenense de El Derramador. Las viñas y las bodegas de la comarca del vino evocan en el Salmo 4: “Tú Señor, has puesto en mi corazón más alegría / que si abundara en su trigo y en su vino”. Es Londres lugar de tu nacimiento el 3 de mayo de 1991, en el hogar de Andrea y Antonia, inmigrantes italianos de Lombardía. Meses después os trasladasteis a Milán estudiando primaria y secundaria. Desde la más tierna infancia mostraste un gran amor hacia la eucaristía, el fruto de la tierra y del trabajo del ser humano transformado en el cuerpo y la sangre de Jesús, en la fuente inagotable de gozo. La misa y la comunión diaria, el rezo del rosario, el sacramento del Perdón, la catequesis a los niños de la parroquia, la pasión por la informática e internet, la visita a los ancianos y la ayuda a las personas desf

San Pedro de Alcántara.

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 Querido Pedro de Alcántara: En la falta septentrional del monte Almudaina, siguiendo el trazado morisco los pobladores de Margarida (Planes, Alicante) construyeron sus casas. El templo es de mampostería, sin lucir, piedra a piedra, de fachada sobria, austera, puerta, farola, ventana y reloj. Sobre la austeridad y sobriedad construyeron el templo de sus vidas los grandes reformadores del Siglo de Oro Español y confieso admirarte desde que leí, hallándome en el seminario, el retrato de quien     “de tan extrema su flaqueza no parecía sino hecho de raíces de árboles”, escribió santa Teresa de Ávila: pobre y mortificado en extremo, apenas dormías hora y media, sentado, en tu celda que “no era más larga de cuatro pies y medio”, sin más sábana que “tu hábito de sayal”;   afable de pocas palabras; y leo en otro lugar: franciscano austero, duro contigo mismo, hasta pedir perdón a tu cuerpo antes de morir, y dulce con los demás. Una vidaenmarcada en el hogar noble situado a la izquierda

Madre Francisca Pascual Domenech.

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  Querida madre Francisca: Un corredor de aldeas une el municipio de Cortes de Pallás con La Portera, entre ellas Caserío del Oro, Venta Gaeta, Los Herreros y Castiblanques, perteneciente al primero. Cobijada esta última pedanía por la sierra de frondosos pinares, el barranco del Abrevador y la ermita de la Virgen de los Desamparados. Las montañas, las blancas casas y la cálida capilla recogen mi espíritu y siente la protección maternal de la Madre de los valencianos. Cuidado experimentado por ti en el hogar de tus padres Mariana y Jaime, situado en la calle Alpargateros (Dr. Moliner), número 16 de Moncada, casa donde naciste el 13 de octubre de 1833. Sin embargo a temprana edad, las dificultades económicas de tu familia te obligaron a parchar al Cap i Casal para “estar en amo” al servicio de la familia Marco y posteriormente en la fábrica de seda “El capoll”. Infancia robada, de escasas letras, pan y aceite, desierto del Sinaí donde Jesucristo te llamó; y tú llamaste a la puerta d