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Beata Laura Vicuña.

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  Querida beata Laura Vicuña: El camino desde Bèlgida, entre naranjos, melocotoneros, viñas y olivos, asciende hacia la Roca sobre la que se asienta el municipio de 85 habitantes Carrícola. Las calles de la antigua alquería iluminadas por la sierra del Benicadell, su pequeña iglesia de S. Miguel Arcángel, la ermita del Cristo del Calvario, las fuentes,   los arcos y el castillo con su torre almohade, vigía del Valle de Albaida. En este ascenso evoca tu subida hacia la Fortaleza de Dios, desde Santiago de Chile donde naciste en 1991, bendición del matrimonio de José Domingo Vicuña y Mercedes Pino. Bautizada en la parroquia de santa Ana, tres años después murió tu padre. Por motivos políticos tu familia tuvo que exiliarse a Junín de los Andes, Argentina. En 1900 comenzaste los estudios en el colegio de las Hijas de María Auxiliadora, mientras tu madre comenzó a trabajar como criada en la estancia o casa de campo de Manuel Mora, sufriendo constantemente violencia, maltrato, acoso y ag

San Jorge.

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  Querido san Jorge: A 393 metros de altitud, entre los pueblos de Orba y Campell, en el término municipal de Vall de Laguart (la Marina Alta), se levanta la Colonia-Sanatorio. Es el lugar más singular de la archidiócesis, calvario donde desde 1909 samaritanos, verónicas y simones de Cirene, confortan a las víctimas de lepra. Sentado en un banco de piedra, tomo la libreta y comienzo a escribirte esta carta, dirigida a uno de los santos más populares del cristianismo y de gran devoción en Brasil, cuya Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Río de Janeiro en 2013 te escogió como santo intercesor, por ser uno de los santos más populares de este país. En ti los esclavos negros hallaron consuelo y protección. Miro el bosque mientras recuerdo tu vida, acogida en el hogar de una familia cristiana en la Capadocia (centro de Turquía), alrededor del año 280. De allí te trasladaste a Palestina y alistándote en el ejército romano. El año 303 fue importante para ti, pues a raíz del edicto

Santa Dulce Pontes.

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  Querida santa Dulce Pontes: Prosiguiendo el caminar por las 25 pedanías de Requena. El atardecer sorprende al viandante en los Duques. Los hogares aguardan la llegada del buen tiempo y con él de las familias que hallan en este lugar la segunda residencia. Niñas y niños en libertad jugarán por sus calles, la Solana de Pinillas y la Alcantarilla. El sol declina. Te escribo con admiración hacia una vida expropiada, donada totalmente a las personas necesitadas. Todo comenzó en el hogar formado por el dentista Augusto Lopes Pontes y Dulce María de Souza Brito, el 26 de mayo de 1914, en Salvador de Bahia. Aquel día naciste y posteriormente te bautizaron con el nombre de María Rita. Niña a quien gustaba particularmente el fútbol. Y a los trece años con el corazón luchador de una delantera del balompié acoges a los mendigos y enfermos en tu casa, “la Portería de San Francisco”, llaman los vecinos. En 1933 recibes el hábito de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madr

Beato Isidoro Bakanja.

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  Querido beato Isidoro Bakanja: Mañana de senderismo. Salimos desde el Monasterio Corpus Christi de Llutxent, el barranco de alcanzamos la meseta del Pla de Corrals, en el término municipal de Simat de la Valldigna. El sendero acompañado por los matorrales y pinares y el sol de mayo, alcanza sosiego ante el retablo de cerámica de la Virgen de los Desamparados en la ermita de esta bella zona residencial. Es entonces cuando, tomando unas cuartillas y el móvil para leer apuntes de tu vida,   icono de la juventud subsahariana. Hijo de una raza fuerte capaz de aguante que alcanza las más altas cimas. Es en la web del Sínodo de los Obispos donde queda retratada tu persona. Hacia 1885 naces en el poblado de Boangi (Congo). En 1905 eres contratado como peón albañil por una empresa de obras públicas, al tiempo que conoces a los monjes trapenses, quienes te administran los sacramentos del bautismo, la confirmación y la eucaristía. Una pregunta brota de tus labios: “¿cómo se sabe que alguien

Beato Adilio Daronch.

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  Querido beato Adílio Daronch: A los pies del castillo medieval, en el término municipal de Atzúbia (la Marina Alta) se halla Forna, pequeño pueblo de color albino sobre cuyas paredes la vegetación ha pintado trazos verdes. En uno de los bares tomo un refresco. Un sacerdote desciende de su auto, acompañado por dos monaguillos y una monaguilla. Entran en la iglesia.   Respirando a través de la mascarilla, las letras pintan de azul la blanca cuartilla. Un matrimonio alemán conversa. Brasil, 1890, Sebastiano Daronch y Francesca Schena, con sus hijos, desembarcan en Río de Janeiro, buscando un futuro para su prole, negado por Europa. Uno de ellos Pietro trabajará como aprendiz de zapatero en Dona Francisca. Allí contraerá matrimonio con   Judithe Segabinazzi, fabricando el nido donde nacerás en 1908. Años después os trasladáis a Fundo y posteriormente a Nonoal. La mal llamada “gripe española” de 1918 asola la humanidad y quienes regentan una farmacia auxilian con sus medicinas a quien

San José de Anchieta.

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  Querido José de Anchieta: Valencia, Lliria, Casinos, Losa del Obispo, Chelva, Titaguas. El auto se detiene para recorrer el llamado “Vaso del Mediterráneo”, llanura de cereales, vino y hortalizas, adentrándome en las estrechas, irregulares y medievales calles de Campo de Arriba, en el término de Alpuente. El reloj de sol de la ermita de santa Bárbara marca en silencio el tiempo. Es la paz, el sosiego, el retorno a los sonidos que laten en lo profundo de nuestras células, de la España vaciada de ruido, rebosante de paz. En el laberinto de mi cerebro caminas activándose las neuronas. En San Cristóbal de la Laguna, Tenerife, 1534 naces. 1548 partes con destino a Coimbra (Portugal) donde cursas estudios en su universidad. 1550 ingresas en la Compañía de Jesús. 1553 desde Lisboa, con 19 años, zarpas hacia Salvador de la Bahía (Brasil). Llegado allí, te incorporas a la misión jesuita de Piratininga, fundando con un grupo de portugueses la ciudad de Sao Paulo. En este lugar levantas una

Santa Teresa de los Andes.

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  Querida santa Teresa de los Andes: Las sierras del Almirante, Albureca y Forarada en la comarca de la Marina Alta abren sus brazos al peregrino, quien acompañado por los cerezos de la Montaña de Alicante, cuyos frutos, adquiridos en un comercio, le ofrecen dulzura para el alma y salud para el cuerpo, miro desde un huerto de la Vall de Gallinera el pueblo de Benirrama, con su iglesia de san Cristobal, fuentes y ermita. Sentado sobre el muro de un campo te escribo estas letras, recreando mi interior con el ramillete de los diecinueve trazos de tu vida. Este árbol alegre, amable, responsable, deportista y jovial nació el 13 de julio de 1900 en el seno de una familia acomodada de Santiago de Chile, los Fernández-Solar, cultivado por las monjas francesas del Sagrado Corazón. El 11 de septiembre de 1910 recibiste la Primera Comunión, comenzando a asistir diariamente a misa e intensificando tu amistad con Jesús al que complacías mediante la catequesis y la ayuda a las personas necesitad